Los estudios y experimentos han llevado a la hipótesis de que una sola ingestión de la planta puede provocar el cese completo de los síntomas de abstinencia de otras drogas e incluso reducir el ansia. En consecuencia, la ibogaína se propuso como una droga eficaz contra la adicción a la heroína, la cocaína, la metadona, el alcohol y otras drogas con síndrome de abstinencia grave. También se ha encontrado que es algo efectivo para reducir la dependencia de la nicotina e incluso se considera que tiene un alto potencial psicoterapéutico, pero todas estas afirmaciones están en disputa.
La ibogaína es un alcaloide de la familia del indol que se usa en entornos médicos y no médicos para tratar el abuso de opioides. Se ha asociado con la reducción de la abstinencia de opiáceos y los síntomas de abstinencia de drogas en pacientes que no se han beneficiado de otros tratamientos. Su mecanismo aún no se comprende completamente. Hasta el momento, no se han publicado estudios prospectivos sobre el efecto del tratamiento con ibogaína en el consumo de drogas.
